lunes, 20 de julio de 2009

No hay nada en los genes que puedan afectar realmente al corazón

Verás, mis papás (sí, los dos) son ingenieros químicos.
Lo cierto es que la química nunca fue lo mío.
Lo único que entendí cómo hacer fue la estequiometria (:D), pero de ahí todo lo demás me resultaba un infierno.
¿Te imaginas cómo eran las peleas a la hora de ver el boletín?
(Nunca reprobé, pero un seis es, per se, algo horrible).

Tal vez semejante a este video.




Oh sí. We got something called KNOCK OUT.

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viernes, 17 de julio de 2009

tu cama y tu sillón cómodo

Ayer se subió al metro un chavo con rastas mugrosas, lentes ridículos tipo John Lennon, una mochila de los Pumas con la leyenda 'CHECHENIA LIBRE' escrita con plumón y vendía periódicos amarillistas de izquierda y se sentía moralmente superior cuando le rechazabas el periódico; Dios tiene un sentido del humor de no mames.

lunes, 13 de julio de 2009

De los empleos

Ahí tienen que yo hice el servicio social en una biblioteca. También tienen que sorprendentemente me gustó mucho y que hasta hice horas de más y que todos me caían bien y hasta la señora Celia me dijo que dijera que había perdido la cuenta y debía quedarme ahí más tiempo, y sorpendentemente si el jefe no hubiera contratado a más servidoras sociales yo sí lo hubiera hecho. Luego resulta que el jefe se va a hacer el PhD y dijo que podía recomendarme para su chamba cuando se fuera y que su recomendación era importanrtísima y la verga.

Pero, hay un proceso de selección, y yo ni soy bibliotecaria ni estoy titulada ni tengo experiencia laboral importante y tengo 21 años entonces igual y con la recomendación el chicle no pega... pero igual y sí. Hoy me dijeron de otra chamba en otra biblioteca de habla inglesa pero es para primaria y secundaria, pero a mi no me gustan los niños ni los adolescentes cagones, pero es más fácil conseguir esa chamba que la otra que sí me gusta y seguro en esta pagan menos y bla.

Entonces no se qué hacer y ya maileé al jefe y seguro, SEGURÍSIMO, me voy a quedar sin ninguna chamba y me voy a arrugar durante el verano por no hacer nada y seguiré siendo una no-bibliotecaria sin experiencia ni título ni chamba ni dinero ni nada.

Pero por lo menos mi bici tiene el asiento acolchonado, no todo podía ser tan malo.

sábado, 11 de julio de 2009

Ya se sabe, ya se supo: te vas a morir (en buena onda)

Georgina luce patética en esa banca de ese jardín de la ciudad donde se dice que hay más ratas (pero, eso sí, ratas de las bonitas, de las chiquitas), se tumba patas abiertas y con el lomo curvo empieza el sollozo, el lagrimón. El señor Juan la ve al pasar, a las cuatro de la mañana, para mayor dramatismo.

En ese momento Georgina estaba amasando frases como "y es que yo creía que me había enamorado", y parece querer engañarse así, inventando tan en el pasado, y como dizque sintiéndose allí, así. Tan falsa la escena como el sentimiento, o el pensamiento, o el monologuito ese.

Cuando el señor Juan le pregunta: ¿Te pasa algo?
Ella: Sí. Nada. Me peleé con mi novio.

Tan absurda la respuesta. Tan pendejamente real. Tan mal que se oye en voz.

Ojalá Georgina hubiera tomado el primer taxi que vio, pero no, pero no. Tomó otro, uno o dos minutos después.

Qué relevante parecería, aunque no lo es. De cualquier modo, cuando Georginita estuvo en los confines que ella sola denominaba como "sus dominios" (su departamento-cuarto), un destello se hizo notar. Y ella le dio el beneficio de la duda. Si era metafísico o nomás un producto (o una causa, yo no lo sé) de las tormentas.

Metafísico.

Ella quiere creer que, dándole la razón a "fenómeno metafísico" se va a reconciliar con ella misma, para reconciliarse con los otros, inmediatamente después.

Era como un rayo-ofrenda, para Georgina, que no lo necesitaba. O sí.

Luego vino la reflexión, aunque esta palabra nos causa risitas, y nuestra mujer vuelve a la vida, a la misma, pero mejor. O a la misma-misma, así como suelen ser las vidas, vidas-mismas a las cuatro a.m.

Pero el rayo liberador, sí, el rayo liberador: "Estas cosas pasan". Y se sintió su propia tía, madre o abuela, de indispensables canas, y de quienes solía escuchar, muy de vez en cuando, alguna opinión sencilla y honesta. Pero no, eso de la confesión y la opinión le pasaba frente a peores desgracias, o mejor dicho, frente a las desgracias verdaderas, a huevo.

Entonces se acordó de otro sermón. Pero esta vez de un borracho sentimental: "Yo sólo vine a este mundo a crear".
Y el sermón (del que sólo recordaba eso) se reforzaba mejor si Georgina ponía unos emepetreces de su elección.

miércoles, 8 de julio de 2009

Anécdota Oficinil (donde yo no era la oficinista)

Bueno, ahí tienes que un día invité a dos amigos a comer a mi casa, porque básicamente éramos pobres y el lujo de ir a comer a otro lado era imposible. Fuimos, comimos y tuvimos que tomar un pesero from hell para regresar a la escuela. Los peseros son la cosa más inhumana de este mundo, pero es un mal necesario. Creo.

En fin, nos subimos a un pesero e iba casi vacío, con dos lugares disponibles (uno de ellos junto a mi). A medio camino se sube un hombre que iba vestido de traje a rayas, el pelo relamido hacia atrás con gel, una cara extraña (por lo que les voy a contar) y una bolsa de sanborns que se transparentaba, donde se alcanzaba a ver que había una caja con condones. Y se sentó junto a mi.

El oficinista sacó su celular (un iphone), marcó unos números y la llamada pasó así:

- ¿Qué onda weeeey? Adivina a dónde va tu jefe caaaa'
- ¿Kejfhwkjhfw? (no se oía)
- Voy a un hotel a ponerle rico y sabroso CON UNA REINITAAAA!!
- ¿lejflekqf? (supongo que no escuchó)
- Que voy ahorita a un hoteeeel a ponerleeee weeeey
- ¿Wlsfejf?
- Ash, wey, ya me voy, hay mucho ruido y además ya voy a llegar al hoteeeeel pa' ponerleee! nos vemos papáaaa! luego te cuento :D

Colgó.

Y, se bajó en el mismo lugar donde mis amigos y yo nos bajamos.

¿Conoces esa expresión facial que está compuesta de ojos bien abiertos viendo a la nada, tratando de encontrar un sentido a las cosas? Creo que la mantuve todo el tiempo mientras estaba junto a él.

Auxilio.